viernes, 6 de junio de 2014

¿Qué haría si no enseñara?

Yo no sé que haría de mis mañanas si no los viera, si no les enseñara las cosas tan simple de la infancia,, cómo jugar, cantar, bailar.
Yo no sé que sería de mis mañanas si no escuchara Tía Ivonne... mirarlos como juegan y se ríen tan felices.
Y mientras los veo en el patio saltar como hombres arañas o juegan al trencito loco, me pongo a pensar lo maravilloso de la infancia y sus secretos, el poder que tienen los niños de crear fantasías, de transformar lo inerte en cosas llenas de vida.
De poder buscar en lo simple crear cosas complejas, como por ejemplo una caja de cartón crear  un edificio o por ejemplo; la plasticina hacer una culebra gigante que se come a todos los otros pedacitos de plasticina, en una gran selva de su imaginación.

Acá en la sala del pre-kinder la pasamos bien, ningún libro va describir el secreto de la niñez, por que los expertos en educación que hablan en la televisión hace rato guardaron su niño que llevan adentro y solo se llenan la boca con educación de calidad, pero no saben que ni ellos mismos entienden que es calidad.

La infancia se protege y se cuida, por que en el fondo es ayudarlos a crecer y no a responder una prueba, me gusta mucho cuando mis niños se ríen, gritan y la van a pasar bien; así muy parecido a una gran función teatral.
Ningún experto podrá explicar lo que es la niñez, si no te tiras con los niños a la tierra a imaginar o a correr por que el lobo te va a comer; por que todos se llenan la boca de educar pero pocos entendemos que el niño es un hombre pequeño con sentimientos, personalidad y pensante.

Sólo los que miran más allá del horizonte logramos entender que los niños son universos llenos de estrellas y colores ...

Qué haría de mis martes y jueves...

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