viernes, 16 de mayo de 2014

Días de otoños cálidos y por la puerta nos toca el invierno como cobrándonos su revancha


Otoño tus hojas caídas son como estrellas que han chocado con el suelo
el viento sopla fuerte y el cálido sol va perdiendo su brillo en el atardecer de la tarde
la flor del patio se cierra y se guarda para pronto morir y despertar en primavera
las hormigas trabajan incesantemente en busca de comida, para el largo invierno.

Ese niño que en la plaza juega, entre medio de las hojas secas
ahí lo veo tomando las hojitas, juntando ramitas...
capaz que ocurrirá en la mente de ese niño,
yo no lo sé; me imagino que está buscando un tesoro.

El otoño es un paisaje que poco a poco va secándose hasta
arrasar con todo con lo que tiene vida
y cuando ya no encuentra colores
aparece como un gigante serio el invierno.

El invierno no tiene piedad, ni tampoco deja huella de vida
en los parques, por que le interesa que el mundo se duerma, se oculte para
poder despertar en una primavera, ese llamado "renacimiento".

La ciudad esta fría e inmensa y mientras más camino veo como el frío
nos golpea indicándonos que el invierno es un tiempo de sentarse a pensar, reflexionar y
sentir. ¿Pero cuál es la belleza de este invierno?
La belleza está en que la oruga espera para ser mariposa, la semilla para ser flor y el volantín en tener vida en el cielo como una flor.

Yo miro desde mi ventana como va apagándose el cielo y el frío eterno del invierno que llega como una ráfaga de vientos, me coloca mis mejillas heladas y las manos rojas. Solo deseando que
el verano vuelva y la vida de los árboles de la ventana del comedor se vuelva a ver tan verde y hermoso.

Mientras tanto acá disfruto de la fruta más feliz de este invierno la naranja, ese olor entre felicidad
y paz; su sabor que me hace disfrutar día a día... mientras veo como la tarde muere.

....ivonne...

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