La palabra para expresar este momento de mi vida lo podría llamar "feliz", nunca me había sentido tan plena y tan contenta con mi experiencia laboral, con mi familia y en todos los aspectos. Cada martes y jueves al llegar al colegio Francisco Javier, y ver las caritas de los niños felices y contentos de verme. Me dicen tía ¿cuándo va a venir?, ¿tía quiero que venga todos los días?... Me da alegría ver como a uno la quieren y la aprecian, algunas veces me gustaría estar siempre con ellos y acompañarlos en su enseñanza, me gustaría que mis brazos pudieran abrazarlos a todos y que mis caricias sean tan llenas de ternuras como las de una mamá.
Cada día que asisto a mi colegio, es una motivación personal que me hace levantarme temprano y decirme a mí misma "yo quiero ser una buena profesora", tengo una motivación tan grande y eso me lo transmite los niños, la profesora, el colegio, etc.Cuando ya son las 13:00 y los niños se van, un pedacito de su corazón se va conmigo y yo me despido con alegría de ellos por que sé que los tendré el otro martes y podremos jugar, cantar y aprender todos juntos.
Ellos confían en mí y yo en ellos...
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