sábado, 2 de enero de 2010

La vida desde una ventana

Yo me accidenté el 30 de noviembre del 2009 lo que me causó una luxación de rótula, desde ese día a un mes recuperada puedo explicarme muchas cosas acerca de por qué las cosas deben pasar y por qué el destino algunas veces quiere que nos ocurran. Desde mi ventana es una experiencia más bien desde lejos de lo que ocurre desde la ventana del auto, cuando mi mamá me lleva al traumatólogo puedo abstraerme de la realidad de las calles y de las personas en ese entonces solo me dedico a observar cómo es la vida afuera de esa ventana.
La ventana me muestra varias realidades pero cuando uno esta entre comillas discapacitada y tu vida es lenta y vez como el día se puede morir en 20 horas creyendo que son sólo 6; uno se da cuenta que el sabor de la vida al sentarse a observar es diferente y esto ocurre por que estas llegando a un estado de compartir con tu alma y cuerpo por que cuando tienes un accidente solo te aferras a la supervivencia y empiezas a querer más esa plenitud.
Hace tres años atrás me acuerdo que iba caminando por casualidad por estación central y me encontré con el instituto teletón, me acuerdo que vi a la entrada a un niño con parálisis postrado en una silla pero a pesar de eso me fije en su mirada que estaba perdida en el cielo y encontré que fue la mirada más bella a ver visto la mirada pérdida entre medio de esas micros y autos tocando la bocina mientras la gente camina e intenta llegar a la hora. Esa es la sensación que yo siento al mirar desde la ventana me pierdo entre lo que puede ser feo o sin valor y lo encuentro maravilloso.
Al seguir en la teletón en ese viaje me acuerdo haber entrado y haberme encaramado en una ventana a mirar cómo los niños se rehabilitan y vi cómo ellos me miran a mí y desde la ventana pude ver sus caritas y me di cuenta que su mirada era muy diferente a la mía. Sus ojos miraban un punto perdido en mi cara y sus ojos me llamaban a dejar lo viejo e invitarme a vivir esa vida tranquila y armoniosa que es mirar desde la ventana con una mirada más positiva a la vida venciendole al dolor y aferrandote a lo único que tiene importancia en esta vida vivir.
Volviendo a la ventana de mi auto me pude dar cuenta que la ciudad es bella y que al perderse en una mirada en el cielo la vida se te puede ser preciosa y maravillosa te abstraes de lo malo y esa mirada perdida empieza a buscar lo bello y celestial que es el cielo, el auto avanza y la gente apurada y triste ya no empieza parecerte así desde mi ventana no veo lamento, sólo seres humanos con sueños, que aman y que estan perdidos en los brazos de una gran ciudad que dislumbra. Al mirar me doy cuenta que veo caminado a un vagabundo y ya no lo miro con repugnancia ya que al observarlo me sonríe y al verlo encuentro que es una persona que tiene una armonía espíritual tan grande que las personas que le hacen el quite me dan pena. Niños comiendo, personas con regalos y gente llorando sólo me parece que son almas que necesitan buscar esa plenitud y armonía. La vida es lenta en la ventana de un auto y puedo encontrarle soluciones y aconsejarlos, pero están muy lejos y mi voz no llega...
Se muere la tarde y el auto cruza la carretera las estrellas empiezan a pintar el cielo y las luces de la ciudad se vuelven relámpago incandecente de luz, la ciudad empieza a despedirse del ser humano y el sol ha hecho el amor con la luna y está descansando en el universo grandisimo y misterioso. Mi ventana me anuncia que mi cuerpo está entrando en una paz y relajo que pocas vece se puede sentir y junto al sol que termino de hacer el amor, mi ventana se oscurece y yo empiezo a recordar lentamente lo vivido en el día. Mis ojos se llenan de tranquilidad al ver que he llegado a un estado de paz en donde nada ni nadie puede intrometerse,tal vez, no he llegado al nirvana pero si he llegado a entender que la vida no está hecha por casualidad y que la vida a través de un acto nos puede cambiar la manera de vivir este mundo y que al mirar en esa ventana del auto y de la de la teletón pude entender que el ser humano debe perderse también en el cielo y encontrar la búsqueda de esa paz, para así despertarse cada día dando gracias a Dios de que la vida es un milagro y más divino será cuando hay un valor de por medio que es vivir para ser felices todos los días y encontrarse con lo más lindo en este mundo que es la comunión entre tú y Dios.

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