Es lindo sentir la revolución en tu piel, en tus actos y en tu alma es como un llamado a romper los esquemas de lo establecido. Es lindo poder llevar una bandera llena de sueños en donde el amor, la paz y la igualdad sean parte de mi vida y que no se quede en palabras si no más bien es más importante demostrarlo en la vida, en el acto de decisiones y de sentir el día a día revolucionario.
Creo que este año es una revolución ya no marchando por las calles, no siendo dirigente ni de carrera ni de nada tal vez ya no tengo el cargo que mucha gente conocía, sin embargo ahora soy mucho más feliz como lucho y es de la manera más solemnes que es ir ayudar a la igualdad de la educación desde la cuna.
Ver a un niño dormir seguro, tenerle su leche tibiecita, un besito cuando llora o cantarle cuando se siente triste esas cosas si bien son pequeñas para algunos pero eso demuestra la humanidad, la esencia de las cosas lindas de mi revolución, el acto más puro de una revolución que es abrazar a un ser indefenso que depende de ti y que necesita respeto, dignidad y amor.
Esas cosas me hacen que mi piel se estremezca y mi corazón late a mil por hora ya que sentir un corazoncito pequeñito me hace pensar en lo bello y mágico que es la infancia, lo maravilloso de sentirse revolucionada.
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